Opinión: ‘Peatonalizar nuestra plazas. La mejor opción’

Cristina Domingo
Aliança per l’Emergència Climàtica de Paterna

Muchas plazas de nuestros pueblos están colonizadas por coches, ya sea circulando o aparcados, que acaparan la mayor parte del espacio. Las personas van por las aceras, y siempre están pendientes de semáforos en verde y pasos de cebra. En los últimos años corren vientos de cambio y hay cada vez más plazas peatonalizadas. Y es una buena noticia, porque recuperar las plazas y sus entornos para la ciudadanía tiene muchas ventajas: se fomenta la interacción entre las personas, ya que no hay tráfico que dificulte el paso, y esto facilita la comunicación, el encuentro y la convivencia en un ambiente relajado y seguro. Además, en las plazas peatonales se pueden realizar actividades al aire libre y organizar eventos culturales o artísticos.

También se promueve el comercio local, al contrario de lo que se pensaba hace unos años, ya que se incentiva a las personas a recorrer y visitar las tiendas y establecimientos ubicados en la zona. Esto aumenta el flujo de clientes y beneficia a los negocios locales.
A pesar de estos beneficios indudables, aún hay comerciantes que no acaban de creerse que las peatonalizaciones sean tan positivas, y prefieren pensar que es bueno llegar con el coche y aparcar en la plaza, aún a costa de saturar el espacio con los vehículos. Y muchos de nuestros ayuntamientos todavía tienen miedo de dar pasos ambiciosos y acometer peatonalizaciones de plazas y centros urbanos. Es, por ejemplo, el caso de Paterna con la plaza de uno de sus barrios, el de la Canyada, que hace años aprobó su peatonalización, y aún no se ha producido. Es cierto que hay que dar alternativas para aparcar cerca de los espacios peatonalizados, pero en la Canyada el movimiento vecinal ha aportado soluciones y aún se está esperando a que el Ayuntamiento dé el primer paso.
Crear espacios para caminar, además de ser bueno para la convivencia, contribuye a disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, reduce la huella de carbono y mejora la calidad del aire, objetivos muy importantes en tiempos de emergencia climática como los que vivimos.
Pero cualquier intervención urbana ha de contar con la participación vecinal, y no me refiero a la participación en el periodo de alegaciones sino en todo el proceso, desde el diseño hasta la propuesta de usos del espacio. Cuando la ciudadanía participa, hace suyo el espacio y lo valora y lo cuida más. Por eso el futuro de nuestras plazas ha de ser peatonal, y también se ha de diseñar con la participación vecinal.