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Opinión: ‘Crónica de una muerte anunciada’ por Jesús Pérez Rubio, vecino de La Canyada

Sabíamos que esto iba a pasar, que sólo era cuestión de tiempo…
Llevo una semana llorando. Llorando de pena, de impotencia y de rabia, mientras veo nuestra Comunidad consumiéndose por el fuego. Esta vez les ha tocado a los míos. ¡Andanada en toda la línea de flotación!

Lloro de pena porque se ha quemado una gran parte de mí, de mi vida, de mis recuerdos. De la vida de mis amigos, de sus campos, sus casas y sus medios de vida. Se han quemado nuestros bosques y la mayoría de los seres vivos que en él habitaban.

De impotencia por lo poco que a nivel individual podemos hacer ante esta situación. De lo limitados que estamos.

Y de rabia porque es el momento de los mercachifles, de los sinvergüenzas, de

todos esos individuos/as que quieren figurar como si fueran a hacer algo y parecer los entendidos de cuestiones de las que no tienen ni pajolera idea, ni les importa un carajo a no ser que redunde en su carrera política o económica. ¿Qué puñetas me tiene que decir una Ministra de Innovación y Ciencia” a estas alturas?

¿Por qué no me ahorran el ver al presidente de la Generalidad soltando datos de perímetros y hectáreas de algo que no entiende ni de lejos?

¿Qué tonterías me tiene que contar la Ministra de Transportes Movilidad y Agenda Urbana?

¿Por qué tengo que verle el careto al insoportable ministro del Interior soltando parrafadas como si fuera un erudito en decir tonterías? ¿Qué me tiene que contar la Oposición tratando de sacar tajada de un tren chamuscado?

Todos a justificarse de no haber hecho absolutamente nada. Nada.
¡QUÉ ASCO!, repito ¡Qué asco! Estoy muy cabreado. ¿Dónde estaban todos estos individuos a la hora de prevenir esto? ¿No sabían lo que sabemos todos? Que los incendios se apagan en invierno.

Y encima los “Medios de desinformación”, buscando la carnaza, el dato macabro, el batir records de lo negativo, de lo más cruento. Todo con el fin de ser los que más espectadores tienen. ¡No dudarán en sacar a alguien quemándose dentro de un

tren en directo si con eso suben audiencia…!
Repito: ¡Qué asco todo!
Nos van a vender el calentamiento global, el cambio climático, el aumento de la temperatura del mar, y ¡cómo no! la guerra de Ucrania, como si fueran los culpables de todo. No dirán que la culpa es por no haber hecho bien las cosas por si les salpica algo. No dirán que en España se invierte más en la extinción que en la prevención de incendios. Más en los políticos que en los bomberos. Más en vagos que en trabajadores…

Mientras, miles de familias quehansidodesprotegidas, volverán a ver qué pueden rescatar de entre las cenizas: qué campos le seguirán resultando útiles, qué ganado les queda vivo y qué casas en pie. Volverán al cementerio por si se les quemó la tumba de sus padres. Luego agachando el lomo, como han hecho siempre. volverán a resembrar a reconstruir y a empezar de nuevo, pensando en si merece la pena tanto esfuerzo.

Los que no puedan más liarán el petate y abandonarán sus tierras y la que fue su vida.
Y mientras se habla de los incendios a toda página, en todos los medios y con todas las imágenes posibles, no se hablará del abuso de la luz, los combustibles, la cesta de la compra, la incipiente crisis o la subida del IPC.

No, este verano lo peor no es la vuelta al Colegio o que se acabaron los días de vacaciones.

¡Pintan bastos!

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