La desescalada comenzará a mediados de mayo y será mas lenta de lo previsto
(Madrid, EFE): El desconfinamiento comenzará a mediados de mayo, será gradual y lento, tal vez más lento de lo que inicialmente se preveía para tratar de evitar pasos en falso, también será asimétrico, en función de las particularidades de la epidemia en cada territorio, con los municipios como principal referente, y si fuera necesario, será total o parcialmente reversible.
Los datos de la crisis sanitaria, cada día más difíciles de interpretar en su evolución diaria desde que hace una semana se rompió una serie histórica que sigue sin recomponerse, reflejan este miércoles una “estabilización” de las muertes (435), los contagios (4.211) y los ingresos hospitalarios y en ucis y un incremento significativo de los pacientes curados que, con 3.401 más, ya se acercan a los 86.000, lo que representa un 41 % del total.
DATOS EMPANTANADOS
Los fallecidos, que se elevan a más de 21.700, siguen por encima de los 400 desde que el domingo bajaran de los 500, y las infecciones, que ya sobrepasan las 208.000, se mantienen en unos guarismos muy similares desde que se informó del aumento de los test, aunque Sanidad sólo considera “nuevos infectados” a la mitad de esos 4.211.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha señalado, en este sentido, que esa mitad de positivos detectados lo han sido por pruebas serológicas, que son las que están recogiendo aquellos positivos con sintomatología leve y que hace dos semanas «no se diagnosticaban nunca».
Lo que no para de crecer es el número de sanitarios contagiados, que ya ascienden a 31.053, el 15,5 % del total, lo que demuestra lo expuestos que han estado estos profesionales desde un principio, como lo confirman los resultados de una encuesta con 11.000 enfermeras en toda España que revela que siete de cada diez han trabajado sin protección.
Con los datos un tanto “empantanados” hay que poner las luces largas y mirar más allá de las confirmaciones diarias para constatar que sigue el ritmo decreciente de la epidemia, aunque la curva en su lenta caída dibuje algún diente de sierra. “Todo indica que la evolución es la correcta y que tenemos la capacidad necesaria para pensar en una transición», ha dicho Simón.
ETAPA DE TRANSICION
Para esa etapa de transición, España debe cumplir las seis medidas que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre ellas las de tener preparado el sistema sanitario para atender posibles rebrotes de la COVID-19, la información epidemiológica y los recursos correspondientes para detectar nuevos contagios y poder adoptar las medidas pertinentes para aislarlos.
Esa información epidemiológica remite al hecho de que se conozca el grado de inmunidad de la población, que la propia OMS ya ha dicho esta semana que es más bajo del que se pensaba, según las conclusiones preliminares de los primeros estudios que sean llevado a cabo. En España se tratará de determinar ese grado con la macroencuesta de seroprevalencia que comenzará la semana que viene y se prolongará durante casi dos meses.
Para llevar a cabo la desescalada todo indica que sería necesario seguir prorrogando el estado de alarma durante el tiempo que dure el proceso para permitir al Gobierno dirigirlo, aunque esa posibilidad nadie la ha planteado por el momento.
En ese estadio hacia una “nueva normalidad”, habrá, según Pedro Sánchez, “avances y retrocesos”, “errores y rectificaciones”, como la que hizo ayer el Gobierno para permitir que desde el domingo los menores de 14 años puedan dar pequeños paseos y no sólo acompañar a los adultos en sus salidas autorizadas. “Pecamos de prudencia, porque no queríamos retroceder ni un solo paso, pero escuchamos y acordamos”, ha dicho hoy en el Congreso.
Sanidad insiste, en cualquier caso, que al levantarse restricciones se acentúa la importancia de la responsabilidad individual, como ha remarcado Fernando Simón: “El confinamiento, aunque muy duro, es sencillo: hay que quedarse en casa. Cuando se empiece a permitir otras actividades, el ciudadano será el que tenga que asegurarse que cumple las medidas estipuladas y eso es más complicado”.
LA TRAVESÍA DEL PACTO
La puesta en marcha del desconfinamiento no servirá a buen seguro para desinflamar la dialéctica política, sobre todo entre el Gobierno y el principal partido de la oposición, como se ha visto en el pleno del Congreso, donde el líder del PP, Pablo Casado, no ha vuelto a ahorrar críticas a Sánchez ni dureza en sus intervenciones. «Si el COVID-19 es un iceberg, su Gobierno es el Titanic (…) Esto no es una guerra, es una hecatombe”, ha señalado.
Desde el PNV y ERC, apoyos directos e indirectos en la investidura, también le han enviado a Sánchez sus correspondientes mensajes. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, le ha recordado que su abstención de hoy está “mas cerca del no que nunca” y le ha instado a convocar la mesa con la Generalitat para hablar de Cataluña como muy tarde en junio. El del PNV, Aitor Esteban, le ha advertido de que el voto favorable de su grupo no se mantendrá si no da más potestad a las autonomías para que apliquen la desescalada.
El presidente del Gobierno se aferra su propuesta de pacto de reconstrucción, sobre el que mañana hablará con patronal y sindicatos, y busca ensanchar caminos y marcar nuevos horizontes con propuestas como la planteada de extender esos acuerdos y esas negociaciones a todas las autonomías y ayuntamientos “gobierne quien gobierne”