‘Nuestra condición humana’

Nuestra condición  humana, y la configuración de nuestra realidad diaria, ha dado lugar a una irreal y falsa sensación de omnipotencia sobre nuestra vida, y sobre  todo aquello que nos sucede.

Creemos ilusoriamente que podemos ejercer un cierto poder sobre nuestra existencia, y en cierto modo puede llegar a ser así, pero también son muchos los acontecimientos, que escapan a nuestra voluntad o manejo.  Y cuando esto ocurre, sentimos que una especie de huracán arrasa con todo, y se lleva tras de sí incluso la tierra que creíamos firme bajo nuestros pies, haciendo que todo lo que habíamos construido sobre ella, con una elevada inversión de tiempo, esfuerzo e ilusión, se tambalee, y en el peor de los casos, incluso desaparezca.

Cuando no podemos cambiar aquello que nos sucede, lo único que podemos hacer es ACEPTARLO.

Aceptar los acontecimientos en sí, las emociones que conllevan: la rabia, la tristeza, la decepción…
Se trata de asumir las limitaciones de nuestra condición humana, nuestra vulnerabilidad. Y se trata también de no juzgar el hecho en sí que sucedió,  ni a nosotros mismos en cuanto a aquello que hicimos o no, debimos o no, o estuvo en nuestras manos hacer.

El trabajo terapéutico de duelo por todo aquello que se perdió: una relación, a un ser querido, un empleo… y el proceso de acompañamiento en la aceptación de la nueva realidad, son pasos necesarios e indispensables para sanar las heridas que provocan las pérdidas, contribuyendo de forma activa a que éstas se cierren y cicatricen…para seguir ADELANTE.

“..Serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, Fortaleza para cambiar lo que sí puedo, y Sabiduría para distinguir ambas..”