Carmen Sancho: ‘Es una lástima que la cultura de la seda siga siendo desconocida por valencianos’
- Carmen Sancho, quien fuera Fallera Mayor de Valencia en 2014, visita el balcón de Amstel en el Ateneo Mercantil de Valencia, para disfrutar de la mascletà.
En 2001 formó parte de la Corte de Honor de la Fallera Mayor Infantil de Valencia y en 2014 fue su año: alcanzó el sueño de convertirse en la máxima representante de la fiesta. Pero, tras ser Fallera Mayor de Valencia, Carmen Sancho no ha desaparecido del panorama fallero, ni mucho menos.
Se ha mantenido activa y continúa trabajando por y para esta fiesta (pese al tiempo que le ocupan sus estudios como opositora a judicatura), convirtiéndose en uno de los rostros del relevo generacional de las Fallas.
La pasión por estas tradiciones le viene de niña y tanto por educación como por su propia experiencia, ha podido conocer a fondo uno de los elementos que han hecho que las Fallas sean Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO: la sedería tradicional valenciana.
“Cuando eres Fallera Mayor haces un esfuerzo por tener más trajes para dar a conocer la indumentaria tradicional y vas adentrándote en ese mundo que, la verdad, es fascinante”, reconoce Sancho.
A la hora de escoger color en el «Espolín Fallera Mayor de Valencia«, que cada año el consistorio regala a la máxima representante de la fiesta, ella quiso imprimir su carácter.
“Escogí el verde oliva porque nunca había visto un traje de espolín en esos tonos. También quise innovar el día de la Cridà, con un espolín negro que fue muy comentado”, recuerda Sancho.
Con estas pequeñas acciones, buscaba poner el foco sobre la sedería artesana, una tradición que considera tan relevante como el monumento fallero en sí.
“Los trajes son muy importantes porque reflejan nuestra historia. Siempre me han inculcado los valores de vestirlos bien. Y creo que es una lástima que todavía haya gente que desconozca toda esa herencia cultural, que es única”, señala la que fuera Fallera Mayor de Valencia en 2014.
‘Darle nueva vida al tejido’
Por eso a Sancho le parece muy buena iniciativa el #movimientoespolín, impulsado por Amstel estas fiestas.
“Creo que es imprescindible darle una nueva vida a este tejido, que la gente lo conozca y vea que se pueden hacer más cosas”, comenta en relación a la Amstel Espolín Collection, una serie de objetos diseñados por seis creativos valencianos en los que se reinterpreta esta cultura de la seda desde el diseño de producto, de moda, de completos, de calzado y hasta de cerámica.
“Me encantan las zapatillas y una de las piezas cerámicas que lleva mi espolín favorito, el estampado ‘Valencia’”, comenta Sancho.
A partir del 16 de marzo todos los diseños que forman parte de la colección podrán verse en la exposición que se inaugura en el Veles e Vents. Y todavía pueden conseguirse ejemplares de la edición limitada a través de la promoción que se ha puesto en marcha en los bares y restaurantes de la ciudad.
Con la etiqueta de cuatro tercios, el barista entrega un bono que contiene un código. Introduciéndolo en el microsite http://tejiendolasfallas.amstel.es/ se entra el sorteo de las deportivas, mochilas, piezas cerámicas, altavoces, lámpara, cascos ciclistas, gorras y cazadoras bomber, con los que Amstel quiere acercar un tejido artesano, con más de cinco siglos de historia, a las nuevas generaciones.