Opinión de Guilem Tordera, vecino de Paterna: ‘¿Feliz navidad?’
Opinión de Guilem Tordera, vecino de Paterna: ‘¿Feliz navidad?’. ¿Feliz Navidad?. Guillem Tordera de l’Aliança per l’Emergència Climàtica de Paterna. En pleno diciembre, en muchos hogares valencianos, la normalidad esta muy lejos, pues la tragedia ambiental, humana y social que ha significado la lluvia torrencial del pasado mes de octubre, ha dejado un rastro de precariedad e incertidumbre en miles de hogares.
Mientras todo esto sucede, los bazares de nuestros barrios se han llenado de objetos y decoraciones plásticas varias que impregnan calles y hogares, y qué decir del trajín constante en los comercios y grandes superficies de personas que, de manera casi automática, compran detalles y regalos para amigos y familiares.
A todo lo mencionado le tenemos que sumar el tráfico intenso de furgonetas que reparten paquetería de manera incesante y que tratan de entregar los cientos de miles de pedidos que, días atrás, miles de pulgares ordenaron a través de las pantallas.
Pantallas de unos teléfonos móvi- les que, por estas fechas, hacen maratonianas jornadas de estresante actividad.
Hace unas semanas leí una noti- cia que explicaba lo siguiente: “Un grupo de científicos ha generado un modelo predictivo, basado en datos objetivos de imágenes satelitales, que pone fecha al deshielo estival del Polo Norte.
En 2027, según este modelo, el casquete polar que, desde hace cientos de miles de años, ocupa el norte de nuestro planeta, se derretirá por completo en los meses de verano”.
Por otro lado, como podemos ver o leer en casi cualquier medio de comunicación, el planeta está su- friendo cambios climáticos y at- mosféricos que pulverizan récords climáticos casi cada semana, y también, con mucha facilidad, he- mos podido leer algún artículo en el que nos cuentan que los comités científicos ya no saben qué medios usar para advertir a nuestros gobernantes de lo que está por venir.
Pero bueno, estamos en Navidad, y tal vez, solo por esto, merezca la pena pisar el acelerador de las emisiones de CO2 un año más y alimentar el planeta con unos cuantos millones de toneladas de nuevos plásticos de dudoso reciclaje. O tal vez sea el momento de alejarse de la inercia, pararse, pensar y actuar. Actuar siendo consecuentes con esas conclusiones a las que fácilmente llegaremos si usamos el sentido común y la razón.
Frente al sunami de la publicidad, de los centros comerciales, de las plataformas de venta online que convierte en una obligación inexcusable regalar bienes de consumo a amistades y seres queridos, tal vez nos agradezcan más dedicarles más tiempo, más acompañamiento, más escucha. Eso no se compra pero tal vez nos haga más felices a nosotros y al planeta.
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