Llega ‘Salomé’, una obra de teatro protagonizada por Belén Rueda en el teatro Olympia
Salomé, la nueva producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida junto con Pentación Espectáculos, cuenta con texto y dirección de la valenciana Magüi Mira y un elenco de lujo compuesto por Belén Rueda, Pablo Puyol, Luisa Martín, Sergio Mur, Juan Fernández, Antonio Sansano, Jorge Mayor, José Fernández y Jose de la Torre.
Magüi Mira, la directora, pone el foco en el poder, las guerras, en el amor, en el deseo, en dictadores y en la represión contra la mujer en esta versión de la afamada obra de Oscar Wilde sobre el personaje bíblico.
En su intervención, Mira, hacía especial hincapié en la “gran droga” que es el poder. Un poder que a veces se consigue a través de las armas de fuego, de la fuerza o de las palabras, y en el caso de Salomé, a través de la seducción femenina. Además, invitaba al público a acudir al teatro para que “atraviese esta historia” con ella y el elenco, para que sean partícipes de la función y del “poder de la seducción”.
Por su parte, Belén Rueda ha compartido su fascinación por la directora de la obra, y su gran labor como escritora al “matizar los personajes”. Además, ha explicado que en este espectáculo podremos ver una creación humanizada de los personajes, una gran puesta en escena y una “creación que nace desde el cuerpo”. Salomé es una propuesta en su conjunto, que “no te deja indiferente, te emociona, te desgarra, te hace reír”. El público verá una pieza en la que “ todo tiene un motivo, cada escena es diferente a la otra”.
El movimiento escénico de la obra tiene un gran peso y de él se han encargado CienfuegosDanza y Pedro Almagro. La composición musical es obra de Marc Álvarez. Detrás de la escenografía, que promete remover a los espectadores, se encuentran Curt Allen y Leticia Gañán. El equipo se completa con la iluminación de José Manuel Guerra y el vestuario de Helena Sanchis.
La obra es una producción del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Pentación Espectáculos.
Sinopsis por Magüi Mira:
Es Historia. Historia brutal. Este cuento lo pueblan personas que han existido y se han cruzado en las calles.
En los primeros años del Siglo Uno de nuestra Era, los romanos continúan invadiendo las tierras que rodean el Mediterráneo. Colocan monarcas, dictadores salvajes para someter a sus gentes. Llegan a Judea. Y allí una princesa, Salomé, apoya en secreto a los rebeldes que resisten al gobierno del Rey Herodes, ese títere corrupto nombrado por Roma. Un hombre sin moral que gobierna sin ley.
Juan el Bautista, líder espiritual de su pueblo, grita contra el invasor y se descarna cautivo en la prisión del Palacio de Herodes. Da la vida por un Tiempo Nuevo. Es un Profeta. Dice que la esperanza es el aliento de todos los sueños. Y enciende el deseo de la Princesa. Salomé, perdida en la cabeza de su amado Juan el Bautista, sufre. Rechazada por él se transforma en una mujer sangrante.
Salomé, expresión del Poder Sensual Absoluto, extrema su deseo por el Bautista. Un deseo que se desborda en muerte.
El amor y la muerte viven en un permanente abrazo, y Salomé rompe la línea roja que la lleva al delirio. Inducida por su madre la Reina Herodías, se atreve a pedir a su padrastro el Rey la cabeza del Bautista.
Herodías es una mujer usada y abusada por el poder. Una mujer con necesidad de libertad. Herodías va dando tumbos en una tierra de represiones que ignora y lapida a las mujeres si abandonan la estricta moral. Ella se arrastra por una vida imposible envuelta en sexo, en alcohol y desvaríos.
Y más arriba Sirio, esa estrella, la más brillante del cielo, señal de vida sobre un planeta que se destruye de guerra en guerra y de dios en dios. Guerras armadas por los Herodes de hoy. Ayer y hoy en un mismo tiempo. Sirio, esa energía pura que nos puede transformar.
Y abajo, en las profundidades de las cloacas, la Guardia Real. Excremento del poder que se empeña en proteger al país de las mujeres ignorantes y viciosas. Tapan con velos sus cuerpos, dejándolas sin existencia.
El sexo tiene el poder de mover el mundo, amarlo y destruirlo. Y ese poder se llama Salomé.