Conoce la opinión del vecino Rubén Fernández: «Las urnas no legitiman la corrupción»
Rubén Fernández es un vecino de La Canyada que nos muestra un balance sobre la gestión que él ha percibido durante estos últimos cuatro años.
Las elecciones municipales del próximo 26 de mayo marcarán el futuro de Paterna y la Canyada para los próximos 4 años. Esta última legislatura podríamos considerarla como perdida. Los grandes temas no han sido tratados, los ciudadanos no han sido escuchados ni se ha puesto encima de la mesa un modelo de ciudad diferente del que en su día presentó Lorenzo Agustí. El caciquismo y clientelismo han sido la marca de la casa de un gobierno que ha ignorado la demandas vecinales que le hacían llegar las Juntas de Barrio. Un gobierno que ha continuado con las políticas del ladrillazo (Intu Mediterrani, Ecobarrio, etc) como si no hubiera pasado nada estos últimos 12 años (explosión de la burbuja inmobiliaria y crisis del sector de la construcción). Con un polígono de los más grandes de Europa, continuamos padeciendo unos índices de paro estructural preocupantes. Barrios en los que el día a día es un infierno para sus habitantes y a los que el alcalde no se digna ni a asistir a sus debates para explicar su programa.
Otra de las características de este gobierno ha sido las numerosas imputaciones y condenas. Hasta la fecha el alcalde se encuentra imputado por tres presuntos delitos: mantener el sueldo a una concejala tránsfuga, presuntamente favorecer a empresas de su entorno (este caso se encuentra en estos momentos archivado y recurrido) y denuncia falsa contra el anterior alcalde. Además, también ha sido condenado dos veces por conculcar los derechos democráticos de los partidos de la oposición, al manejar los recursos municipales como si fueran suyos y él estuviera por encima de la voluntad que el pueblo expresó en las urnas hace 4 años.
Independientemente de cual sea el resultado de las elecciones el próximo 26 de mayo, una cosa nos ha de quedar clara: las urnas no legitiman la corrupción ni dan un cheque en blanco para que el político de turno haga y deshaga sin contar con la ciudadanía.