¡Uff.. qué calor! , opinión de Jesús Pérez Rubio
Artículo de Julio de 2.022.
¡Ufff… qué calor!!!
Nos levantamos y antes incluso de ir al baño, nos ponemos las noticias para ver el parte que nos da AEMET. Lo esperamos como quien espera los resultados de la Primitiva. Como cuando esperábamos los partes o comentarios de Fernando Simón con el COVID, hasta que nos dimos cuenta de que no daba una pese a ser epidemiólogo.
El parte de la Agencia Estatal de Meteorología, que repetirán hasta la saciedad en todas las cadenas de radio o televisión, será el que nos marque qué haremos este día, dónde iremos, qué comeremos y a qué horas. ¿A que sí? Hablaremos con vecinos, familiares y amigos del calor que nos achicharra, intercambiando todos los detalles posibles para que vean lo informados que estamos. Los cenizos (cuidado, son miles) nos pararán por la calle con cara desencajada: “corre métete en casa que a las 13 horas 35 minutos caerá la del pulpo”. “Vamos a morir todooosss” nos dirán mientras se despiden de ti con los ojos muy abiertos como si fuera la última vez que os vais a ver. ¡¡¡ Coñooo!!! piensas mientras te santiguas acongojado, ¿ésta persona humana no era la que decía el invierno pasado que íbamos a morir congelados por la ola de frío? Y sales disparado a tomarte el vinito o la cañita. ¿Y si tuvieran razón, y si fuera la ultima…?
Tras la cañita de las 13´30 te encierras en casa y te metes en Internet. Entras en el mapa de España que AEMET te ha pintado en colores para que los tontos, que no sabemos de geografía tampoco, podamos observar a simple vista en qué zonas de nuestra querida piel de toro van a sufrir más o menos que nosotros. Nos alegramos. La comunidad valenciana la cubre un mantito amarillo mientras que en otras zonas van del amarillo oscuro al rojo más que oscuro.
No somos los que peor estamos. ¡Madre mía cómo están en Guipúzcoa! Jadeas al verla pintada de un rojo casi negro. Temperatura máxima 42 grados. Pero enseguida te tranquilizas, “bajada brusca de la temperatura con el role del viento a oeste”. Menos mal. Coges el móvil y llamas a los conocidos para que vean que, hasta sabes, qué va a pasar hoy en Guipúzcoa y que además controlas el tema de los vientos, como no podía ser menos.
Las noticias se amontonan: – El sur de Europa arde por la tremenda ola de calor. – Las altas temperaturas provocan 360 muertos. – Los incendios no cesan y el calor no ayuda precisamente. – El lunes será el día de calor más intenso. – Y… ¡Cuidadín aquí! En tu calle caerán calcinados o se quedarán pegados al asfalto al menos dos personas. Un mar de preguntas me asalta: ¿Cómo diantres pueden saberlo? ¿Seré yo uno de ellos? ¿Repercutirá en el precio de las patatas?
Los alarmistas se echan las manos a la cabeza mientas se agarran los pelos como si esto fuera Pompeya el último de sus días. Hacen testamento y compran extintores. Se apuntan en grupos muy numerosos a diversas religiones y sectas varias y se dan a la bebida.
Los negacionistas dicen que no hace calor, que todo esto es un invento para distraer nuestra atención de cosas más importantes, que más calor hace en el Sahara y nadie se queja. Miguel Bosé se traslada al desierto de Sonora en gayumbos, sin protección solar y saca nuevo disco para demostrarlo.
Los políticos aprovechan para crear el nuevo “Ministerio para tratar asuntos calientes y sociales de tremenda importancia en los días que el asfalto se reblandece”, y así colocar a otro montón de amiguetes.
Los futbolistas Guti y Piqué opositan al Servicio de Inteligencia. Los suspenden al no recordar sus apellidos y no ponerlos en el examen. Huyen de allí en sus deportivos con aire acondicionado pese a que no saben encenderlo.
En fin… Un montón de noticias calenturientas como el tiempo.
Harto de tanta ola de calor, me voy a la playita. ¡Allí las olas son más interesantes!
¡Saludos frescos y cordiales!
Jesús Pérez Rubio.